martes, 4 de noviembre de 2008

-APENDICE 1: LLEGADA

----EL GRAN LIBRO DEMONIACO----


CRONICAS DEL MUNDO DEMONIACO


EL GRAN HECHICERO DEMONIACO KAARAT:


-APENDICE 1: LLEGADA


Se sabe que, hace mas de 5 mil millones de años, el brujo sagrado kaarat deambulaba por los confines de cada una de las cuatro galaxias, investigando todo tipo de artes mágicas extrañas, hasta que, cansado de no encontrar nuevos conocimientos que paliaran sus grandes y ambiciosas ansias, decidioó traspasar las barreras dimensionales que separan el mundo de los vivos del otro mundo. Así, Kaarat llegó al otro mundo sin que ni siquiera los grandes dioses Kaioh Shin advirtieran su presencia, ya que andaban ocupados con las hazañas del gran Majin Boo y su creador, el mago Bibidi.

En todo el mundo demoníaco es conocida la tremenda astucia del gran hechicero, así que no es extraño que Kaarat consiguiera burlar durante años a toda la fuerza de seguridad del otro mundo. Allí Kaarat quedó impresionado de como el gran juez de las almas impartía sentencias a seres poderosos, sin que éstos pudieran siquiera defenderse ante su gran poder de manipulación. Al parecer Kaarat descubrió el poder místico que hacía a los muertos perder el control de su espíritu y su cuerpo otorgándole dicho control al juez enma de aquella época.

En el otro mundo las leyes físicas del universo no actuaban de ninguna manera, el tiempo no transcurría y las almas sucumbían ante el orden dictado desde siempre por las leyes del otro mundo. Kaarat aprendió mucho de eso durante su estancia en el infierno, viendo como en ese plano de existencia los grandes villanos parecían moscas delante de los súbditos de Enma Daioh. No se sabe con exactitud si fue aquí donde Kaarat aprendió las bases para controlar el cuerpo y el espíritu de los seres vivos pero seguro tuvo algo que ver.

Llegó un momento en que el brujo decidió que el otro mundo ya no tenía nada que ofrecerle así que, gracias a los rumores que había oído por boca de algunos de los malvados que ivan a parar al infierno, descubrió la existencia del mundo de los demonios, la dimensión que se encuentra justo bajo el plano de las cuatro galaxias.

El mundo de los demonios es un mundo oscuro, hostil, incluso peor al infierno, donde impera sobre todas las cosas la ley del mas fuerte. En el momento que Kaarat consiguió llegar al mundo demoníaco Dabra se erguía como soberano, al haber demostrado frente a todos los seres oscuros que su poder era inigualable. Kaarat, sabiendo esto, pidió a Dabra permiso para aprender las artes oscuras de su mundo, mas las palabras pronunciadas por el gran señor son recordadas hasta por el mas jovenzuelo de los diablillos:

-¿Qué te deje, dices? JAJAJAJAJAJA. Me parece que tú no perteneces a este mundo, joven aprendiz de brujo sagrado.¿Cómo se le ocurre a un ser divino venir a arrastrarse frente a las puertas del inframundo?-el gran señor parecía sentenciar con esto su decisión, pero habló de nuevo.-Solo tu presencia aquí merece la muerte, despreciable ser inferior...aún así tu atrevimiento me ha abierto el apetito. Si logras vencerme podrás hacer lo que quieras en este mundo. Si no, mis ansias de muerte quedarán saciadas. Así funcionan las cosas aquí, jovenzuelo.

A Kaarat no le quedaba mas remedio que aceptar el desafío aún sabiendo que se encontraba en una clara desventaja. El señor Dabra era el ser mas poderoso del inframundo y además se hallaba en su propio y propicio ambiente de tinieblas, donde las misteriosas artes oscuras le eran claramente beneficiosas.

Kaarat estaba paralizado ante semejante reto, entre la espada y la pared, y aún así consiguió lanzar un golpe mágico de viento, con la palma de su mano derecha, contra el señor Dabra, lanzándolo por los aires y causándole pequeños cortes en sus brazos, al intentar cubrise del impacto.

Dabra enfureció enseguida y no contuvo su ataque. Sacando una grotesca guadaña de la nada propinó un enorme tajo en el pecho del joven brujo, dejándolo fuera de combate y casi inconsciente. Dabra dijo acercándose al cuerpo del brujo, que yacía tendido y desangrándose en el suelo:

-¿Dime, jovenzuelo, qué puñetas buscas en el mundo de los demonios?

-Yo...yo solo quiero aprender.-respondió a malas penas.

-¡Deplorable! ¿Y para qué quiere un ser divino aprender técnicas en el mismo confín de las tinieblas?-preguntó soberanamente el gran señor.

-Pa...para...para matar, mi señor...

Estas últimas palabras gustaron al señor Dabra que decidió dejar en libertad al joven dentro del mundo demoniaco, con la condición de que usara todo lo que aprendiera para trabajar bajo su yugo, convirtiéndose así en un esclavo a su servicio e impidiéndole salir fuera del inframundo.

Así Kaarat pasó a ser una especie de discípulo del señor Dabra, allí donde iva el gran señor iva detrás Kaarat, como si de un perrillo faldero se tratara. Al señor Dabra debía gustarle la idea de que un ser de procedencia divina se arrastrara bajo sus pies, pero lo cierto era que Kaarat aprendía a una velocidad pasmosa. Dabra le enseñaba técnicas mágicas aplicadas al combate, las grandes habilidades de controlar el fuego y la materia para convertirlas en armas en cualquier momento de la batalla, entre otras muchas.

Además, Kaarat cada día, cuando el mundo de las tinieblas mas oscurecía, visitaba a los viejos demonios, que habitaban en las cochambrosas bibliotecas antiguas. Allí Kaarat también aprendía del antiquísimo saber diabólico. Los libros eran para Kaarat como poderosas armas que enriquecían el ejército de su mente. Y de esta manera Kaarat conseguía hacerse un terrorífico hueco dentro de las oscuras tinieblas.

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